miércoles, 7 de noviembre de 2018

MARATONA DO PORTO

Maratón Oporto 2018
 
El pasado domingo 4 de noviembre, tres de nuestros compañeros debutaron en la distancia reina de las carreras de asfalto: el maratón, 42,195 kilómetros que no todo el que corre está preparado para afrontar.

Todo comenzó varios meses antes, y probablemente el “presunto culpable” fuera nuestro experto en dicha distancia: Tomás Tejedor. Él ya lleva varios maratones en sus piernas, y cuando decidió que participaría en el Maratón de Oporto, nada hacía presagiar, que lo que había empezado como una decisión personal, acabaría siendo una expedición astorgana en toda regla, a la bonita ciudad lusa.

El tiempo iba pasando, los entrenamientos iban adecuándose a las necesidades de Tomás, un día series, otro rodaje, llegaron las tiradas largas… y de pronto alguno de ellos pensó: “y si… no, no, es una locura”, a otro se le pasó por la cabeza: “estaría bien, pero no estoy seguro de estar preparado…”. Siguieron los entrenamientos, cada vez con el objetivo más cerca y por ello más nítido, verse cruzando la meta en una gran ciudad europea.

Probablemente lo comentaron bromeando, y la cosa quedó en nada. Pero la idea cada vez volvía de forma más recurrente a sus mentes. A uno de ellos se le ocurrió mirar el calendario, y descubrió que no era mala fecha, pues había un día festivo cerca, “y si… podría cogerme el viernes e ir con la familia”.

Decidido, los demás lo habían sopesado también, ¡qué narices, nos lo merecemos y estamos entrenando para ello! Firmemente decidido, además tras la Behobia – San Sebastián del año anterior, se habló de que no estaría mal hacer un viaje de equipo una vez al año.

Se formalizaron inscripciones, se buscaron alojamientos para corredores y familia acompañante. Ya solo quedaba esperar a que se acercara la fecha y seguir entrenando duro para hacerlo lo mejor posible.

Y llegó la fecha, partieron en dos expediciones, la primera con idea de ir reconociendo el terreno y disfrutar de la bella Oporto con mujeres e hijos. La segunda expedición partió el día antes, las fechas eran muy especiales, y había que estar en casa.

Todos juntos por fin, emoción, fotos, risas, nervios, feria del corredor, comida de equipo rica en hidratos, más fotos, más risas, dudas, y miedo, porque no admitirlo, es una distancia que da respeto, era la primera vez para la mayoría, y el tiempo (y la rodilla de alguno) parecían no acompañar. Muchos ánimos de familia, amigos y equipo, y a dormir (si se puede).

Amaneció nublado, pero en peores plazas se ha toreado, había ganas, es imposible no tener ganas ya metidos en el ambiente de una gran carrera. Miles de personas con una misma ilusión, cruzar esa meta. Los mejores deseos de todos los conocidos, los cinco en la mente de los integrantes del equipo.

Dan la salida. A disfrutar. Mónica Pérez nos mantiene puntualmente informados: Víctor y Tomás en cabeza, los siguen de cerca Vidales y Roberto, el presi va a su rollo, esperando que la rodilla le aguante, aunque sabe que después lo pagará, habrá merecido la pena. Los cuatro muy cerca. Víctor lleva muy buen ritmo, Roberto va muy bien. Vidales se descuelga un poco. Tomás y Vidales afrontan juntos los últimos kilómetros. ¡Dios, qué emoción! ¡Y qué nervios! ¡Lo consiguen seguro! Llega Víctor. Llega Roberto. Mónica no da abasto: fotos, seguimiento en vivo, mensajes al equipo… lo estaba dando todo, y disfrutando de lo lindo pese a la copiosa lluvia que arreciaba. Llegan Tomás y Vidales. Solo falta el presi. Llega Agapito. Sudor y alguna lágrima al atravesar la meta.

¡FINISHERS! Los cinco finishers.

Reto superado. Felicitaciones, risas, anécdotas, fotos, dolores, más risas, más anécdotas, felicitaciones, felicitaciones, muchas felicitaciones.
Un recuerdo para siempre y la satisfacción de poder decir: ¡soy maratoniano!
            

Enormes chicos.
Enhorabuena y gracias por llevar al Astorga Running fuera de nuestras fronteras.


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